A partir del 1 de enero de 2015, aquellos que venden a través de la red e-books, música y otro contenido digital tendrán que acogerse a la nueva normativa de aplicación del IVA en comercio electrónico internacional: se aplicará en función de dónde el consumidor tenga su domicilio o residencia habitual. Un cambio bastante considerable, ya que hasta ahora era el lugar donde estuviese instalada la empresa el que marcaba el IVA. Las grandes empresas del sector, como Amazon, verán mermados sus ingresos (está en Luxemburgo y hasta ahora aplicaba un 3% de IVA en este tipo de productos frente al 21% que hay en España) pero otras más pequeñas no estarán influenciadas por su lugar de origen a la hora de vender por Internet.
La Directiva de IVA (Directiva 2008/8/CE, de 12 de febrero) se aplica a los servicios de comercio electrónico prestados a particulares, no a empresarios o profesionales (para personas jurídicas se seguirá aplicando la antigua normativa). Para España esta directiva supone que se recauden más impuestos, ya que la tercera parte de las ventas online que se realizan desde el país son en páginas extranjeras, que ahora tendrán que subir sus precios en función de la nueva tasa (y será menos ventajoso comprar en ellas) o perder dinero asumiendo la tasa.
Los empresarios que tengan una tienda online tendrán que ponerse a trabajar en adaptar su e-commerce a la nueva normativa en una época en la que se tiene más trabajo de por sí. Este año, al menos para las tiendas pequeñas, no habrá tiempo para hacer pruebas en campañas de marketing online, para decorar el site o realizar otros trabajos. El tiempo destinado a las nuevas tecnologías habrá que emplearlo en adaptar la plataforma para que sea capaz de modificar el IVA según el destino de manera automática.
Es importante que sepáis que no todas las empresas están obligadas a tramitar el IVA en el país de destino, es la empresa que vende los productos la que decide si factura el IVA en el país de origen o en el país de destino, siempre y cuando no supere una facturación anual, si la supera SI que estará obligado a realizar los trámites pertinentes.
¿Será más caro para el consumidor español? En los libros electrónicos no: Amazon seguirá vendiendo eBooks para Kindle al precio que fijen los editores (y la diferencia de IVA del 3% al 21% tendrá que asumirla la compañía). Pero donde en realidad se marcará la diferencia será en la música y el resto de contenidos digitales: ahí el consumidor sabrá si las grandes empresas del sector siguen apostando por una filosofía de precios reducidos (el famoso “te lo vendo más barato”) o subirán el precio final de sus productos teniendo en cuenta el lugar de residencia del usuario final. Esto último supondría un alivio para los e-commerce más pequeños que no pueden competir en precio con los gigantes de la venta online.